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EL INTERÉS COMPUESTO MUEVE AL MUNDO

Los japoneses llaman Kaizen al interés compuesto. Al igual que la teoría del caos nos dice que pequeños cambios en las condiciones iniciales crean grandes diferencias respecto al resultado final, si esto mismo lo aplicamos a nuestra vida, los resultados obtenidos con el paso de los años superarán todas nuestras expectativas. Aquí no estoy hablando de dinero ni de inversiones, aunque obviamente es el sitio clásico en el que se puede aprovechar toda la fuerza del interés compuesto. No te voy a contar el rollo de que si hubiéses invertido no se cuánto dinero hace no se cuántos años, ahora tendrías mucho más. Si has llegado a este blog, probablemente eso ya lo sepas. En las siguientes líneas intentaré explicar como puedes aplicar el interés compuesto al resto de facetas de tu vida.

Por ponerte un ejemplo ilustrativo, si tu intención es construir una pared, no debes de tratar de construirla pensando en que vas a hacer la pared más grande que se ha visto jamás. Esa no es la mentalidad ni el enfoque adecuado. Debes de pensar que hoy vas a poner un ladrillo de la manera más perfecta que un ladrillo pueda ponerse y si haces eso todos los días pronto tendrás una pared. Si juntas varias tendrás una habitación y luego una casa. Pero centrándote en el camino, no en la meta. Como señala el taoísmo, “el recorrido mismo es la meta. Es infinito. Es eterno”

Hay una parábola taoísta escrita en el libro “El sendero del Tao”, de Osho que ilustra este concepto. Había un joven que llevaba años pensando en subir a las montañas para ver la estatua de Lao Tzu y para eso tenía que recorrer cien millas de distancia. Pasaban los años y siempre se le interponían muchas cosas a modo de escusas. Una noche se decide a hacerlo. Al salir del pueblo se detiene en unas rocas y le empiezan a asaltar un montón de dudas. Pensaba en el largo camino que le espera, en si sus pies lo aguantarán, pensaba que era un camino imposible, etc.

Entonces un anciano que pasaba por allí lo escucha sollozar y se acerca interesándose por su estado. El joven le explica su encrucijada y el anciano, para su asombro, empieza a reírse. El joven se queda extrañado y entonces el anciano le explica que solamente paso a paso puede un hombre recorrer distancias muy superiores a esas cien millas. Además nadie dice que no pueda parar en el camino y disfrutar de los paisajes, de los árboles llenos de frutos o de cualquier cosa que se le ofrezca. También el anciano le dice que él mismo se dirige hacia allí, que se levante y que lo siga. Al comenzar el joven se dio cuenta de que el anciano tenía razón. En cuanto se adentraron más profundamente en el bosque y las montañas, todo se fue volviendo más y más hermoso. Y las frutas eran silvestres, jugosas. Además, iban descansando. Cada vez que el joven deseaba detenerse, el anciano accedía. De este modo recorrieron las cien millas sin problema y en lo alto de la montaña el anciano le dijo que ahora realmente empezaba su verdadero camino. Una ruta de mil millas y luego otra disfrutando y aprendiendo de lo que el camino va ofreciendo. Para la filosofía estoica, esto es otra manera de decir que “el obstaculo es el camino”. Aprovecho para recomendarte el libro “El Alquimista” de Paulo Coelho donde también se expresa bastante bien esta idea.

Esto es otra manera de definir ese concepto de Interés compuesto, el cual debes tener muy claro en tu vida, tus decisiones, tu salud, finanzas, etc. Una pequeña mejora diaria mantenida en el tiempo tiene un efecto multiplicador enorme en el largo plazo. La mayoría de la gente no es consciente del verdadero poder del interés compuesto y, no en vano, Einstein (o al menos le han atribuido esta frase a él) decía que es la fuerza más poderosa del universo. Solo mejorando día a día un 1%, al cabo del año te convierte en un 37% mejor.

La mejor manera de aprovecharse de este poder multiplicador es creando hábitos. Como dice James Clear en su libro Hábitos Atómicos, “Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal. De la misma manera en que el dinero se multiplica mediante el interés compuesto, los efectos de tus hábitos se multiplican en la medida en que los repites cada día.” Tu vida va a ser la consecuencia directa de los hábitos que manejes durante periodos largos de tiempo. Un buen hábito es como un activo. Te lleva un tiempo construirlo pero a partir de ahí te rentará el resto de tu vida. Los hábitos además sirven para protegerte de ti misma. Te protegen de tu miedo, de tu avaricia, de tu ego, de todas esas emociones que a veces sentimos y que de dejar la mente en piloto automático se hacen incontrolables.

Junto con el concepto de interés compuesto, otro de gran importancia es el de “coste de oportunidad“. El coste de oportunidad se refiere a aquello que haces, que no te aporta ningún beneficio, pero que estas invirtiendo una serie de esfuerzo, dinero o recursos mientras lo podías estar canalizando hacia tareas más productivas. Por ejemplo, compras un libro, empiezas a leerlo y no te gusta ni te aporta valor pero continuas leyéndolo por sentirte obligado al haber pagado por él en lugar de abandonarlo y coger otro quizá más productivo. O cuando estás en una relación que no te aporta nada simplemente por la inercia por el sesgo del coste hundido.

A la hora de desarrollar el interés compuesto en tu vida, debes tener presentes una serie de conceptos:

Ley de pareto

Como ya te avanzcé en mi presentación, La ley de Pareto es una ley estadística que habla de que el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas. Esto significa, por ejemplo, que a la hora de aprender algo nuevo, podrás llegar a entender el 80% de ese algo utilizando el 20% de tu tiempo y en consecuencia, para entender el 20% restante te consumirá el 80% que queda. Deberás considerar si te merece la pena ese 80% de esfuerzo extra, atendiendo al concepto de coste de oportunidad mencionado.

“Aprehender esta regla te evitará enredarte en los detalles nimios en cuanto hayas aprendido casi todo lo que te hace falta para decidir bien. No seas perfeccionista. Los perfeccionistas invierten demasiado tiempo en diferencias insignificantes y marginales a costa de lo realmente importante.” (Ray Dalio, Principios)

Parece un concepto un poco abstracto pero te pongo unos ejemplos para que puedas comprenderlo mejor en la práctica contenidos en el libro “El secreto de lograr más con menos” de Richard Koch.

  • El 20% de la ropa que posees la utilizas el 80% del tiempo.
  • El 20% de los criminales cometen el 80% de los crímenes.
  • El 20% de las superficies de las alfombras de casa reciben el 80% del desgaste.
  • El 20% de la población contiene el 80% de la riqueza.
  • El 80% de lo que tú consigues proviene del 20% del esfuerzo de lo que has dedicado a ello. El 80% del tiempo que dedicas a trabajar, apenas genera un 20% de resultados.

Según nuestro sentido común, nosotros como personas esperamos que todas las causas tengan la misma importancia y tendemos a asumir que el 50% de las causas suelen generan el 50% de los esfuerzos, por eso el principio de Pareto es tan valioso, contra intuitivo y aplicable en todos los campos de la vida.

Autoconocimiento

Debes saber que el proceso de autoconocimiento no es algo lineal. En realidad nada o casi nada en la vida es lineal. Habrá momentos buenos y momentos malos. Momentos en que tu mente este más receptiva y momentos en los que menos. Contra esto no puedes luchar, solo aceptar cuando llega y estar preparada para ello. Es algo que esta fuera de tu ámbito de control, tal y como dice la filosofía estoica. Lo más importante es que enfocándote en la dirección adecuada y trabajando en ello de las maneras que te voy exponiendo, el largo plazo tiene una tendencia ascendente. Predecir la lluvia no sirve para nada, construir arcas sí.

Lo importante es tener un plan. Ser consciente de que eres humano y que igual que cuando haces cualquier deporte a largo plazo, habrá días que te vas a encontrar genial, otros vas a tener menos ganas, otros puedes lesionarte, pero lo importante es el objetivo. Si falla el plan cámbialo, pero no cambies la meta.

“Debes asumir que la vida será dura y preguntarte a ti mismo si lo puedes soportar y si la respuesta es afirmativa, entonces simplemente sonreír y seguir adelante”. Charlie Munger

Pero siempre teniendo en cuenta que “Son tus acciones lo que cambiará tu vida, no tus pensamientos ni emociones. Actúa si es necesario con pereza, con miedo o con duda, pero actúa” Marcos Vázquez

El libro de Taleb “Fooled by randomness” explica bastante bien este gráfico. Como digo, la vida no es lineal y precisamente a consecuencia de ello, las recompensas de un esfuerzo continuado son desproporcionadamente grandes en el largo plazo. Por otro lado necesitamos nuestras emociones irracionales para tomar decisiones. A pesar de los sesgos emocionales que todos tenemos y atajos mentales que busca nuestro cerebro para intentar simplificar decisiones, necesitamos la mente irracional para gestionar las emociones.

Por eso la enseñanza aquí es, disfruta del azar cuando no sea dañino, porque al fin y al cabo no lo puedes controlar, y utiliza el estoicismo para el resto de las ocasiones. El azar nos hace antifrágiles como veremos más adelante.

“El viento apaga una vela y energiza el fuego. Lo mismo sucede con el azar, la incertidumbre o el caos, lo que quieres es usarlo, no esconderte de ellos” Nassim Taleb

No intentes calcular la probabilidad de tener un accidente sino en caso de que lo tengas intenta sufrir lo menos posible. No seas la vela, sé el fuego.

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