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INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

Cuando una empresa quiere innovar en nuevos productos o servicios o simplemente mejorar la oferta de los que ya tiene, debe invertir en actividades de Investigación y desarrollo que le permitan permanecer por delante de la competencia.

Estas actividades tienen especial relevancia en las industrias con mucha competecia como las farmacéuticas, las de semiconductores o las empresas de software y tecnológicas en general.

Sin este tipo de programas, muy probablemente la empresa no podría sobrevivir por sí misma y tendría que depender de otras formas de innovar, como por ejemplo, las fusiones y adquisiciones.

La I+D puede dar lugar a patentes, derechos de autoR y marcas comerciales a medida que se realizan descubrimientos y crean nuevos productos que pueden ser muy rentables para la empresa en el largo plazo.

Muchas PYMES optan por subcontratar los departamentos de I+D ya que no cuentan con personal adecuado en la empresa que pueda satisfacer sus necesidades.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la I+D se considera un gasto ya que las empresas gastan sustanciales cantidades de dinero para tratar de desarrollar nuevos productos y servicios. Por ello, muchas empresas capitalizan este gasto, es decir, a efectos contables lo difieren a lo largo de varios años.

Una empresa puede capitalizar los gastos de I+D siempre y cuando pueda demostrar que el desarrollo será comercialmente viable, es decir, que sea muy probable que la tecnología o el producto desarrollado supere el proceso de aprobación y genere ingresos.

Los costes de I+D capitalizados pasan a convertirse en un activo (activo intangible) en el balance de la empresa, en lugar de incurrir en un gasto en la cuenta de pérdidas y ganancias

Para que los gastos en i+D se contabilicen en el balance, han de hacerlo como activos, como sofware informático, como activos intangibles o como gastos de desarrollo de sofware y asociados, siempre y cuando, el coste monetario a lo que vaya dirigido el I+D tenga un uso futuro alternativo, es decir, que con el pase de tiempo genere dinero para la empresa. En caso contrario, se contabilizará como gasto normal en la cuenta de pérdidas y ganancias.

El gasto en I + D normalmente suele variar mucho de un año a otro, lo que tiene un impacto significativo en la rentabilidad de una empresa. Esto hace que si la empresa no capitaliza la I+D, puede sufrir alteraciones en sus ingresos netos. Para muchas empresas, esto conduce a una gran volatilidad en los cálculos de beneficios y rendimientos, y a una medición inadecuada de los activos o del capital invertido. Esto tiene un doble impacto en el rendimiento de los cálculos de activos, y no de manera consistente, creando así cálculos tremendamente diferentes del beneficio económico.

La investigación y el desarrollo es una inversión a largo plazo para la mayoría de las empresas que genera muchos años de ingresos, flujo de caja y ganancias y, por lo tanto, en teoría, debería capitalizarse como un activo, no como gasto.

Sin la capitalización del gasto en I + D, es más difícil comparar empresas de la misma industria, ya que el momento en el que invierten en investigación puede tener un gran impacto en sus resultados finales en un año determinado. Por ello, cuando os hablaba del PER en este artículo os comentaba que es muy importante ver que empresas capitalizan el I+D y cuales no a la hora de hacer una comparación efectiva de su valoración.

A la hora de amortizar estos gastos, la empresa tendrá en cuenta el tipo de activo y la vida económica del producto ya que no es lo mismo, por ejemplo, una empresa farmacéutica que, como vimos, la aprobación de las patentes lleva mucho tiempo y luego la misma patente les otorga cierta protección monopolística, que una empresa de telefonía móvil, cuyo producto debe amortizarse en un periodo de tiempo menor.

Si una empresa no capitalizase el I+D, podría significar que sus activos totales o su capital total invertido no refleja adecuadamente la cantidad que se ha invertido en ellos y por lo tanto puede haber un impacto en el ROA y el ROIC de la empresa.

A la hora de analizar una empresa, es importante hacer el ratio R&D/Revenue para ver que cantidad esta invirtiendo la empresa en relación a sus ventas y compararlas con el resto de su sector.

De manera muy general, este es el gasto medio por sectores:

Una vez llegado a este punto, la cuestión es la siguiente. ¿La I+D se debería tratar como un gasto o como una inversión?

la I + D en la que invierte la empresa durante un trimestre no solo genera ingresos para el trimestre en el que se realizó esa inversión. Si una empresa obtiene ingresos de una inversión, esa inversión debe contabilizarse como gasto / amortizarse / depreciarse al mismo tiempo que se reconocen los ingresos. Si solo tomamos la I + D como un gasto, no estamos reconociendo la inversión que se hizo en su momento. Al capitalizar la I + D, estamos haciendo crecer el balance, por el valor de esa I + D capitalizada, lo que reduce el ROA ajustado y también afecta la rotación de activos.

Imagina una empresa como Boeing, que necesita muchos años para desarrollar un avión como puede ser el 737 Max. No tendría mucho sentido contabilizar ese gasto cada año considerando que se puede invertir durante mas de 10 años en un avión que luego genera ingresos para la empresa durante los próximos 20

Otro ejemplo son las empresas biotecnológicas donde se realizan considerables inversiones en I+D. Los medicamentos que se van desarrollando no llegan a sus pacientes durante años. Esto distorsiona mucho la rentabilidad histórica y hace que sea imposible de comparar con precisión el desempeño actual de la empresa con el de los años anteriores.

En resumen, la I + D es fundamentalmente una inversión. El hecho de que una empresa necesite invertir en I + D para mantener su negocio no significa que deba ser un gasto ya que las empresas realizan inversiones en su negocio para mantener sus ventajas competitivas.

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